Capadocia
La Capadocia es una región asiática de Anatolia Central, en Turquía, que se caracteriza por tener una formación geológica única en el mundo y por su patrimonio histórico y cultural. En el año 1985, fue incluida por la Unesco en la lista del Patrimonio de la Humanidad, y su región puede considerarse un círculo de 50 kilómetros de diámetro.
Desde hace miles de años, ha habido diferentes asentamientos humanos en la región. Antiguas civilizaciones florecieron aquí, como los asirios, hititas, persas, griegos, romanos y selyúcidas; todos ellas han dejado su huella cultural en Capadocia.
Las características geológicas del lugar han hecho que sus paisajes se describan a menudo como paisajes lunares. Su orografía ha adquirido formas caprichosas tras millones de años de erosión y es lo suficientemente fiable como para permitir que el ser humano construya sus moradas excavando en la roca en vez de erigir viviendas trogloditas. De esta forma, los paisajes lunares están llenos de cavernas, naturales y artificiales, muchas de las cuales continúan habitadas.
La situación geográfica de Capadocia la hizo encrucijada de rutas comerciales durante siglos; también objeto de continuas invasiones. Los habitantes de la región construyeron refugios subterráneos (ejemplos que pueden ser visitados son las ciudades de Kaymaklı y Derinkuyu), donde ciudades enteras podían refugiarse en el subsuelo y subsistir durante muchos meses sin arriesgarse al exterior.
El paisaje único de Capadocia es el resultado de la acción de fuerzas naturales durante milenios. Hace 60 millones de años se formó la cadena montañosa del Tauro, en Anatolia meridional, al mismo tiempo que se formaba la cadena alpina en Europa. La formación de la cordillera del Tauro creó numerosas barrancas y depresiones en Anatolia central. Hace 10 millones de años, estas depresiones fueron rellenadas por el magma de numerosos volcanes en erupción de Anatolia central.
Paulatinamente, las depresiones fueron desapareciendo, transformando la región en un altiplano. Sin embargo, el mineral que las rellenó no es muy resistente a la acción de vientos, lluvias, ríos y diferencias de temperatura, por lo que la erosión fue esculpiendo los numerosos valles por los cuales Capadocia es famosa. Algunos lugares sobresalientes son el Museo al aire abierto de Göreme, la ciudad subterránea de Kaymaklı o el Valle de Pasabag con sus chimeneas de hadas.
El Valle de Uchisar es uno de los más turísticos. En él se encuentra el Castillo de Uchisar, una gran roca repleta de escaleras, túneles y galerías. Situado a pocos kilómetros del Valle de Göreme, otro de los destinos más habituales de la Capadocia y que suele servir como centro de operaciones para explorar esta región.
Otro lugar de visita imprescindible es el Valle de las Chimeneas de Hadas, con sus peculiares formaciones cónicas con una especie de sombrero en su parte superior. Esto es provocado por la diferente composición de materiales y su diferente forma de erosión.
También es muy recomendable la visita de alguna ciudad troglodita, con viviendas subterráneas excavadas en varios niveles. Aunque pueden causar sensación de claustrofobia en su interior, estas viviendas tienen unos sistemas de ventilación increíblemente sofisticados para su época de construcción.
También puede resultar interesante acudir a alguno de los espectáculos de danzas locales. Uno de los más famosos es el espectáculo de los Derviches Danzantes, que mediante una danza mística giratoria entran en un trance dando multitud de vueltas sobre sí mismos, sin perder la consciencia y manteniendo el equilibrio de una manera asombrosa.
Pero sin duda la gran atracción de la Capadocia y que no puede faltar en ninguna visita a esta región es el vuelo en globo. Cada día, antes del amanecer y si el tiempo lo permite, cientos de globos aerostáticos despegan desde los alrededores de Goreme y durante más de una hora recorren lenta y suavemente los cielos de la región, permitiendo obtener unas vistas maravillosas que difícilmente pueden ser olvidadas.
Mientras volamos podemos apreciar la pericia de los pilotos, subiendo y bajando para coger las corrientes de aire, y realizando maniobras para aproximarse a las chimeneas y otras formaciones rocosas. Para finalizar nos espera una copa de champán y así celebrar el aterrizaje.
No es descabellado afirmar que esta fascinante región turca es uno de los paisajes mas alucinantes del planeta. Sus peculiares formaciones rocosas consecuencia de la erosión natural crean un entorno mágico e único.
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